Natalia Huertas



Soy torpe por naturaleza. Se me cae todo de las manos y tropiezo con todo lo que encuentre por el camino. Soy torpe,  pero odio que me lo digan.  

Adoro dormir. Puedo llegar a dormir 12 horas y completarla con una buena siesta. Mirar el reloj a media noche y ver que aún queda tiempo para que suene el despertador es una de las pequeñas cosas que me hacen feliz.

Me encantan las tardes sin hacer nada. Un día de lluvia, película y sofá, y el chocolate en todas sus formas.

No sé combinar la ropa y odio peinarme. Lo odio tanto que apenas lo hago. Si pudiera cambiar un parte de mi cuerpo: las orejas. Me encantaría saber bailar como Shakira. 

Viajar. En eso gastaría cada euro de mi primer sueldo.

Me cuesta menos escribirlo que contarlo. Twitter y blogspot me sirven para desahogarme.

Escribo pero no soy de leer. Si tengo que leer opto por la poesía. Prefiero leer muchas veces una buena entrada en un blog de escritores aficionados o desconocidos, que un best seller en su 15º edición. Odio leer y me metí en una carrera en la que apenas tengo que leer (nótese la ironía): Derecho.

Me conquistan fácilmente con una buena ortografía.

Escucho música hasta aburrir, desde Extremoduro a Oasis, desde Vetusta Morla a Nirvana, desde Joaquín Sabina a Red Hot Chilli Peppers. También disfruto cantando algún éxito de Raphael. Me gusta la música y por eso siempre quise una guitarra. Ahora coge polvo en un rincón.

Soy muy cabezona. Siempre creo que llevo la razón (y es que casi siempre la llevo).

No me cuesta pedir perdón ni aceptar un "lo siento". Creo que la vida es demasiada corta para no perdonar, y muy larga para estar odiando.

Odio a la gente que dice "te quiero" gratuitamente y como coletilla.

El día que llevo abrigo hace calor y cuando salgo con sandalias llueve. Nunca tuve suerte en el azar, por eso odio los exámenes tipo test.

Me considero muy simple.

Y a los demás muy complicados.